Paperclipping, centésima práctica nociva en las redes sociales

Siguiendo la estela del ghosting, el breadcrumbing y el benching, llega una nueva y desagradable práctica en el mundo de las relaciones y la comunicación digital: paperclipping.

Hasta 2001 –es decir, en la prehistoria de la generación Z- Microsoft Word tenía un asistente virtual llamado Clippy. Lo de asistente lo decía Microsoft; los usuarios lo llamábamos incordio.

Clippy era la animación de un clip sujetapapeles de los de toda la vida, pero con ojos saltones y cejas desproporcionadas. Su función era, básicamente, agobiar: aparecer sin que lo buscaras, para darte consejos que no habías pedido.

En este personaje se ha inspirado la redacción de Metro.co.uk para bautizar a la última de las muchas prácticas nocivas que han surgido en torno a las relaciones interpersonales en las redes sociales: el paperclipping.

Escenario: sales con alguien un par de veces. Parece que todo va bien hasta que, de forma absolutamente inesperada, la persona en cuestión desaparece del radar.

Semanas de silencio después, esa misma persona que te hizo ghosting, te envía un mensaje neutro. Un “¿cómo estás?”, por ejemplo.

Hablando con franqueza, lo más probable es que respondas. Normal, seguramente esperas una explicación sobre el abrupto fin de la comunicación. Pues no la esperes, porque no te volverá a escribir. Solo está haciendo paperclipping. En otras palabras, solo te ha escrito con el objetivo de recodarte que existe. Como Clippy.

Metro puso el nombre, pero fue la ilustradora Samantha Rothenberg quien dio forma al concepto. En su cuenta de Instagram, @violetclair, Rothenberg publicó una ilustración que inmediatamente se hizo viral.

En ella aparece el inoportuno Clippy diciendo lo siguiente: “algunas veces aparezco inexplicablemente. Como ahora. Verás, la verdad es que estoy dañado, soy inconstante y no estoy particularmente interesado en ti. Pero no quiero que olvides que existo”.

Pregunta en un auditorio lleno de millennials quién se ha topado con alguien así y todo el mundo levantará la mano.

Los paperclippers son personas vanidosas, a las que alimentamos con nuestra atención. Lo mejor que se puede hacer es ignorarlas, pues lo más probable es que no te aporten nada. Como Clippy, que al final terminó desapareciendo, por pesado.

También hay historias de amor en las redes sociales de citas. Éstas son algunas.