Tinder

Tinder, Bumble, o no esperar nada a cambio

Tinder, Bumble, o cualquier dating app nos produce a todos un morbo extraño antes de empezar a usarlas. Todos queremos saber cómo es, pero no siempre estamos seguros de lo que vamos a encontrar. Al menos yo, lo uso para conocer gente en la nueva ciudad donde vivo, y así mucha gente. En algunos países, es más aceptado socialmente que en otros, pues en muchos lugares hay tabú con usar una aplicación para tener citas a ciegas.

Hace pocos días, uno de mis mejores amigos, conoció a su novio por Tinder -Sí, son novios ya-. Lo que me llevó a pensar que usar dating apps para conocer a tu other half es más o menos como salir a un bar y conocer a alguien que en realidad no tienes idea cómo es.

El formato de estas aplicaciones es un juego. Puedes elegir cómo quieres que se llame tu próximo date, qué tan alto es, la música que escucha, y sus gustos, dependiendo de su bio. Algunos han tenido mucha suerte dando swipe right o left, y han encontrado al amor de su vida. Acá van algunas historias.

Historias de Tinder

Valentina:

Conocí a mi novio por Tinder. Al terminar mi tesis en Caracas, fui a visitar a mi prima en Carolina del Norte. Ambas éramos solteras y ella me insistió en que abriera la aplicación. Yo no creía en eso, me daba mucha angustia, pero al final lo hice y me salió este niño, mi novio actual. Empezamos a hablar luego de nuestro match y me pareció demasiado divertido, me reí mucho, y me invitó a salir a un bar que amo. Ese día estuve a punto de cancelar porque como te dije antes, no creía en Tinder. Lo había abierto dos veces antes, y me prometí que eso no era para mí.  Terminé yendo a mi cita, apenas lo vi, me encantó. Nuestro date fue increíble y terminamos yendo a comer a su casa porque todo estaba cerrado. Desde ese día, no dejamos de vernos ni una vez hasta que me fui a Caracas a mi graduación. Él me sorprendió y vino hasta acá solo para verme graduarme de la Universidad. Después de eso, me invitó a París y pasamos dos meses increíble. Hemos recorrido cinco países juntos, y pronto vamos a volver a vernos.

tinder

Letxa:

Abrí Tinder y le di like a este niño porque era 100% mi tipo, hicimos match y empezamos a hablar por aproximadamente un mes. Nos caímos tan bien que todos los días hablábamos hasta que un día quedamos en ir a comer y luego a su casa, donde estaban sus amigos, que me cayeron tan bien como yo a ellos. Luego de unos meses, todo iba tan bien, que me mudé con él. Al momento tenemos dos años juntos y este año nos vinimos a vivir a Milán. Literal conocí al amor de mi vida gracias a una app.

Valentina: Abrí Tinder y conocí a mi novio, que en ese momento estaba de paseo por Valencia, España. Yo vivo acá, él es de Alemania, pero estaba visitando mi ciudad por Erasmus. Hablamos muy poco, pero como estábamos muy muy cerca, un día quedamos en ir a un parque a tomarnos una botella de vino, que por cierto estaba muy mala. Mientras transcurría la cita, cada vez sentía más que no le gustaba, pero al despedirnos nos besamos. Quedamos un par de veces más y el mes que viene es nuestro aniversario.

Andrea:

Sin expectativas, conoció al Australiano que todas soñamos con encontrar.

Estaba con mis amigas de la universidad almorzando y decidimos abrir Tinder todas por diversión. Esa noche, hice match con tres niños, uno de ellos, mi novio actual. Me encantó de entrada porque mi bio decía “Love cats and beer” y de entrada, su saludo fue decirme “si amas los gatos, entra a este link”. Me reí mucho, y quedamos en ir por una cerveza el jueves siguiente. Estaba un poco nerviosa porque su bio decía “australiano ucraniano viviendo en Barcelona”, entonces iba a ser una cita en inglés. Nos encontramos en Plaza Universitat para ir por una cerveza artesanal, y apenas lo vi, noté que tenía una sonrisa increíble. Mi preocupación, el idioma, se calmó pronto cuando él me pidió que habláramos en español para que él pudiese practicar. Nuestra cita fue increíble, y estábamos sentados en un sofá y me dijo “me siento muy estifo” y enseguida me dijo “estifo no es una palabra, verdad?, ambos nos reímos muchísimo, terminó el date, y al día siguiente me habló, me mando un screenshot de que la palabra “estifo” sí existía, aprovechó y me invitó a salir, y desde entonces nos vimos desde enero del año pasado casi todas las semanas dos o tres veces para cenar o tomarnos algo, empezamos a hacer road trips, y este año nos mudamos a nuestro piso, nos queremos mucho. Ama mi cultura, soy venezolana, y usa todas mis expresiones, es muy muy tierno.

Escrito por Daniela Rojas Castillo para QMode