¿Marilyn Monroe? ¿Audrey Hepburn? ¿Anne Hathaway? La verdadera inspiración para muchas niñas es Barbie, además de su mamá, claro.
La muñeca de plástico siempre nos ha acompañado como sociedad, de generación en generación, siempre dándonos el mensaje de su slogan: “Tú puedes ser lo que quieras ser” o “You can be anything”, en inglés.
Ha sido tanto su impacto que han hecho películas sobre ella y la más reciente es una versión real dirigida por Greta Gerwig, protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling.
¿Quién es Barbie?
Barbara “Barbie” Millicent Roberts es de la ciudad ficticia Willows, Wisconsin, o “Barbieland”. Fue creada por Ruth Handler en los cincuenta y está inspirada en la figura de la muñeca alemana Lilli, creada para ser un regalo “chistoso sexual”. Comenzó a fabricarse a finales de la década por Mattel, Inc. la compañía de Elliot Handler, el esposo de su creadora.
Desde sus inicios, ella ha tenido todas las carreras que se nos ocurran. Después de la llegada del hombre a la luna en 1968, Barbie se convirtió en astronauta. En 1973, era cirujana y en los ochenta, dueña de su propia empresa o rapera.
Dándonos una amplia selección de posibilidades de lo que podemos hacer como humanos, sin que nuestro género tenga algo que ver en el mix.
Las muñecas y los más pequeños
De acuerdo a la página oficial del juguete, la Dra. Sarah Gerson de la Universidad de Cardiff hizo un estudio neurocientífico sobre los beneficios de este juego para los niños entre cuatro y ocho años, lo que obtuvo como resultados que crea más empatía entre ellos porque pueden hablar de sus emociones a través de los muñecos, da herramientas para solucionar problemas y activa la parte del cerebro que desarrolla la resiliencia y amabilidad por los demás. Pero lo más importante es lo que Barbie es para el mundo en la actualidad.
Barbie en la actualidad
Como las mujeres desde tiempos inmemorables, la imagen de Barbie, lo que ella hace y su mensaje es tema de debate. Es vista como un modelo a seguir para las niñas por su cercanía y también como un símbolo de feminidad, de liberación y de atrevimiento, es una “metáfora para la sociedad”, según Sophie Gilbert en un artículo para The Atlantic sobre el documental Tiny Shoulders: Rethinking Barbie.
Es un juguete en el que las niñas pueden proyectar su identidad en un sinfín de posibilidades y su único defecto es su imagen, siendo criticada por tener el cuerpo perfecto que absolutamente nadie puede tener, al igual que presentar una imagen que no representa a todas las etnias, lo que ha generado dismorfia corporal en muchas personas. A partir del 2015, la fábrica ha hecho modificaciones para tener más opciones para los niños.
Hoy es una muñeca nos ha hecho imaginar un mundo entero que en los cincuenta nunca hubiésemos pensado, uno en el que las mujeres tienen las mismas posibilidades que los hombres, pueden inventarse y reinventarse mil y un veces, tener miles de opciones de carreras, casas, carros y colores de pelo.
Pero lo más importante, un mundo en el que podemos ser quien queramos ser.
