Haré una confesión: me cuesta muchísimo comprar ropa. Contrario a lo que popularmente se cree, las mujeres realmente no amamos el shopping. A menos que cuentes con una tarjeta de crédito millonaria, la acción de ir a una tienda a elegir un par de prendas que sean útiles, y que por un par de euros, dólares o pesos, ofrezcan buenos textiles, que no piquen, que no den calor, o que no sean demasiado transparentes, puede ser una tarea imposible.
Soy de esas que entro a varias tiendas, voy tocando las prendas que me gustan, elijo 3 o 4 y probablemente salgo sin nada. Y ni hablar si salgo a comprar algo específico. Es aún más difícil. Ley de Murphy, supongo.
Hace un par de años, me di cuenta que gastaba demasiado dinero en piezas que luego no usaba nunca. Mi closet estaba lleno de jeans, blusas, cardigans que literalmente colgaban con etiquetas y que probablemente nunca usaría. Fue así como decidí hacerme un closet base, con prendas básicas, que podía utilizar en cualquier clima, y obvio en colores muy serios. Me he convertido en fan del blanco, del negro, del crema, el azul marino, el millenial pink, el gris y el verde oliva. Un toque de color a través de los accesorios siempre cae bien, o eso me enseñó mi amada Caroline de Maigret, una francesa que profesa su manera de vestir a lo parisina. Pero a veces, esos complementos tienen que ir más allá para vernos realmente cool. Es aquí donde entran las chaquetas, chamarras, blazers, o como te guste llamarlas.
Vuelvo al punto del principio, ¡Qué difícil es comprar una chaqueta que se adapte a mis necesidades, gustos y además, a las tendencias del momento! Nunca había vivido en un país con frío. Mi tropical Caracas ni siquiera me dejaba usar un ligero suéter, pues todo el año hacía un calor terrible. Ahora en CDMX es obligado salir abrigada aunque el día esté precioso. En cualquier momento bajará la temperatura y será regla abrigarse para no estar enferma todo el mes -me pasó, hola-. Entonces acá va mi guía personal de cuatro looks inspirados en abrigos.
Un abrigo para los domingos de ir a desayunar y luego a algún museo: La eterna chaqueta de denim/jean/mezclilla tan popular en los 80s. Tuvo su revival hace un par de años y ahora es un must en nuestros armarios. Hay muchas opciones, de distintos estilos, colores y precios. Lo más importante es que se puede usar con ropa muy liviana para días no muy fríos, y agregarle varias capas si el sol nos abandona.
Un abrigo para días lluviosos: Hago una pausa para hablar del raincoat o impermeable: Vienen con muchísima fuerza en esta temporada. En todas las tiendas consigues uno con algo especial. Transparentes, de colores, como lo quieras. El feo impermeable quedó atrás. Recuerdo que detestaba cuando llovía en el colegio porque mi mamá me obligaba a ponerme un incómodo impermeable. Ahora me muero por usar uno y cualquier excusa es buena cuando se trata de usarlo.
De proporciones extra grandes y exagerados: Siempre he querido uno abrigo peludo, pero no soy tan arriesgada como para comprarlo. Sin embargo, creo que esta vez salió mi número y debo tener uno. Considero que todas debemos tener un súper complemento para salir de noche y lucir extra divertidas.
Inspirado por la fiebre de los 80s: ¿A quién engaño? Estas chaquetas fueron muy populares en la década de 1980. En Volver al futuro vimos a Marty llevar uno de estos plumones acolchados. Ahora siento que todo gira a esta época gracias al culto enorme que hay a la serie del momento Stranger Things. Inspiradísima en Steve Harrington, mi nuevo personaje ficticio favorito, me compraría una chaqueta acolchadita para las bajas temperaturas.
¿Con cual estilo te quedas?
Escrito por Daniela R. Castillo para QMode