Tuvimos la oportunidad de entrevistar a la increíble Dayana Mendoza, la ex reina de belleza universal que rompe con los esquemas y nos demuestra que la naturalidad es una de las principales bases de la belleza.
Dayana Mendoza fue fotografiada por Kei Moreno en la ciudad de Nueva York. Puedes descubrir el trabajo de Kei en su página keimoreno.com
QMode: Muchas de nuestras lectoras sueñan con trabajar en el mundo de la moda. ¿Desde qué edad supiste que querías trabajar como modelo? Cuéntanos un poco el camino que recorriste.
Dayana Mendoza: Nunca planee trabajar como modelo, no era era un sueño, nunca me llamó la atención la moda, la ropa o el maquillaje. Cuando tenía 11 años mi mamá estuvo buscando academias de modelaje y protocolo, para que aprendiera cosas que la sociedad acostumbra a esperar de las niñas de buena familia.
A mi me parecía una tontería inmensa, pero mi mamá que no tenía mucho dinero para ponerme a mi y a mi hermanita menor en actividades fuera del horario escolar, y aún sabiendo que yo prefería aprender artes marciales o batería, insistía que era muy importante que aprendiera este tipo de cosas.
Yo amo muchísimo a mi mamá, entonces decidí probar. Me llevaron a tres academias a ver cual me gustaba. Resulta que las academias pedían mucho dinero para formar parte de los programas que ofrecían. Había que costear algún uniforme con el nombre de la academia, zapatos, traje de baño, ropa para clases de baile, etc. Sabiendo el corto presupuesto de mi mama, la convencí de que esa inversión no sería necesaria por el momento.
Algunos meses después, salía de la escuela y esperaba mi autobús para ir a casa. Un señor pasó con su carro rojo, bajo su vidrio, y empezó a decir unas cosas que no entendí. Yo estaba con un amigo ese día, él se acercó al carro del señor, agarró la tarjeta de negocios que éste le dio, y recuerdo que mi amigo le dijo “tranquilo que ella va a ir”. Yo solo pensaba que a mi mamá le encantaría saber que un señor que dice tener una agencia de modelos, estaba interesado en ficharme.
Me dije: “Tengo que ir a ver qué dice este señor, porque mi mamá tiene varios meses queriendo que yo entre al mundo del modelaje”. Mis padres luego se dieron su tiempo en tomar la decisión de llevarme a conocer al señor del carro rojo, yo tenía muchas ganas de ir a conocerlo y saber que me diría, así que les insistí a mis padres le llamarán.
Luego de varias semanas fui con mis padres a la agencia de modelos, era el final de la tarde, y durante una conversación amena, el señor del carro rojo me dijo que podría viajar por el mundo y conocer muchos países haciendo modelaje. Preguntamos el costo de este tipo de cosas, y nos dijo que las clases de pasarela para mi serían gratis, que no me cobraría nada por enseñarme, que no se enfocaba en enseñar maquillaje o flamenco, su trabajo era ofrecer oportunidades de trabajo en el mundo de la moda a las personas que él consideraba podían triunfar.
Me convenció cuando me dijo que viajaría por el mundo y no me costaría un centavo aprender. Esta vez mi mamá no estaba muy convencida (risas), lo de viajar por el mundo le aterraba. Por cierto, el señor de carro rojo era el famoso booker; Alexander Gittins.
La noche de mis 15 años caminé como modelo en mi primer desfile de modas, el desfile era del reconocido diseñador venezolano y hoy en día querido amigo Ángel Sánchez ¡Fue muy divertido! Al día siguiente conocí a uno de los directores de la Agencia Elite para Latinoamérica, quien me había visto en el desfile de Ángel Sánchez la noche anterior. Me preguntó si quería participar en el Elite Model Look, dijo que si quedaba entre las 15 finalistas, podría trabajar como modelo en el mundo entero, siendo representada por ellos. ¡Inmediatamente le dije que por supuesto!
Llegó el día del concurso Elite Model Look, el cual se realizó en Niza, Francia. Quede entre las 15 finalistas, y comencé a trabajar como modelo por el mundo. Al final, no fue mi interés en modelar el que me llevó a hacer todo esto, más bien mi interés de viajar por el mundo.
QM: Te caracterizas por ser una reina de belleza atípica, muy natural. ¿Fue por tu pasado como modelo? ¿Cómo fue esa transición a Miss?
Dayana Mendoza: Así como el modelaje, nunca me llamaron la atención los concursos de belleza. Ya tenía 7 años modelando, y la mayor parte del tiempo fuera de mi país y lejos de mi familia. Y aunque era muy divertido vivir por el mundo, también me cansaba mucho no tener la misma almohada para dormir por más de 3 meses. Me molestaba mucho el no estudiar, aprender. Le dije a Alexander que pararía el modelaje y me pondría a estudiar, creo que le iba a dar un infarto cuando le dije eso (risas).
Me dijo que antes de “retirarme” probará en el concurso Miss Venezuela ese año. Osmel Sousa, el director de esa organización, tenía 3 años consecutivos invitándome a participar y todos los años siempre le decía “Gracias señor Osmel, pero no estoy interesada”. ¡Ese día lloramos los dos! (risas), Alexander lloraba porque no quería que yo dejara el medio de la moda, y yo lloraba porque no quería entrar en el Miss Venezuela.
Decidí concursar en aquella cosa tan espeluznante para mí. Me dije “Si me regreso a Milano a estudiar como lo quiero hacer, y por alguna razón luego no estoy satisfecha con la decisión, no quiero pensar qué hubiese pasado si…”
Entre al concurso representando al estado Amazonas. Asumí mi responsabilidad con cariño. Alexander, mi tía Isabelina y yo, viajamos al Amazonas para que pudiese involucrarme mucho más con mi misión en este concurso. Fuimos recibidos por el gobernador y su familia. Fueron muy amables con nosotros, nos llenaron de tratos especiales y cordiales. La experiencia fue inolvidable, siempre la recordaré con mucho cariño; los chamanes, los indígenas que conocimos, los paisajes, la inmensa magia de esa hermosa tierra.
La transición no fue fácil, tampoco divertida. Iba a renunciar una semana antes del show Miss Venezuela, no podía escuchar más tonterías de tacones, pestañas postizas, quienes serían el cuadro final, las supuestas ganadoras o perdedoras del concurso.
En fin, cerré los ojos y me lance el chapuzón esperando que se acabara pronto. Gané aquel extraño concurso de belleza, y para mi eso fue la emoción más grande que había sentido en mi vida! ¡Nunca había ganado nada!, ni una rifa en ninguno de los tantos cumpleaños que fui de niña. Fue increíble, fantástico y sumamente divertido ganar el Miss Venezuela.
Aún y después de todo, nunca me inventé una historia sobre mi nueva “identidad”, o me propuse ser identificada de alguna manera específica. Siempre fui la misma Dayana.
QM: Como Miss Universo 2008 tuviste que hacer labor social y trabajar de la mano con organizaciones en pro de los más necesitados, sabemos que todavía lo sigues haciendo y estás constantemente preocupada por lo demás ¿Qué implica para ti ayudar? ¿Tienes alguna anécdota que recuerdes con especial cariño?
Dayana Mendoza: A medida que pasan los años y la vida me bendice con más aprendizajes, me he dado cuenta que cada quien tiene su labor y su poder especial en la vida. Pero todos formamos parte de un mismo campo, o como crecí escuchándolo: “Todos somos hijos del mismo Dios”. También he aprendido que hay dos tipos de compasión; aquella que se siente al ver el dolor de otro ser viviente (humanos, plantas, animales) y aquella que se siente al poder ver a un ser viviente través de su cuerpo físico, más allá de la imagen.
Las personas que se sienten atraídas a crear una mejor situación emocional para ellos mismos y para aquellos que los rodean, son personas que por lo general, logran sentir grandes niveles de compasión. Si todos los seres humanos lográramos alcanzar estos dos tipos de compasión, nuestro mundo sería un lugar completamente distinto, tan distinto que no existirían leyes, políticos, pasaportes, fronteras, militares, etc. Viviríamos solamente con la intención de aprender a llegar a estados de felicidad y amor absoluto que van más allá del mundo físico.
El haber sido reina de belleza, haber estado en alfombras rojas, llevado vestidos caros, joyas, conocido gente famosa, gente con muchísimo dinero, y al mismo tiempo ver la miseria y el hambre en tantas partes del mundo o la situación de muchas otras personas que están pasando por momentos drásticamente diferentes a los que tenía y/o tengo yo, me sacudió fuertemente. Entendí que desde donde sea que uno se encuentre, y de millones de maneras, cada uno de nosotros influencia grandiosamente la vida de otros, aunque no los conozcamos. Lamentablemente mucha gente anda por la vida sin el uso de su conciencia, la cual representa la conexión entre el pensamiento y el alma. Que no podemos obligar a nadie a entender algo de lo cual aún no están listos porque todos aprendemos a velocidades y en momentos distintos. También aprendí que no todos aquellos que parecen necesitar ayuda desean ser auxiliados.
QM: Sabemos que eres mamá -y por lo que sabemos una de las mejores- ¿Cómo compaginas tu vida laboral con tu vida como madre?
Dayana Mendoza: Hago todo lo posible porque los momentos con mi hija sean momentos especiales, llenos de amor y aprendizajes positivos que refuercen sus capacidades y sentimientos. Durante mi separación del padre de mi hija, le pedí a mi madre venir a USA desde Venezuela para que me ayudará cuidando a mi hija y así poder volver nuevamente al trabajo. Fue una dura decisión para mis padres y lo aprecio inmensamente con el alma y el corazón, nunca podré pagarles esta gran ayuda que me están dando. Mis padres aún están casados y se quieren mucho, mi papa igualmente aceptó este sacrificio de vivir lejos de mi madre y estar solo en Venezuela. Mi abuela (la madre de mi madre) vive en Venezuela y necesita mucha atención y compañía. Hasta el día de hoy y casi un año después, mi mamá sigue con nosotras, ayudándonos a salir adelante. Es una bendición MUY GRANDE que sea mi mamá quien pueda velar por mi hija en mi ausencia.
QM: Eres una mujer emprendedora, háblanos un poco sobre tu proyectos, tus metas, aquellas cosas que te inspiran. ¿Dónde te podemos ver?
DM: Por ahora, estoy trabajando con mi compañía de eventos: Dayana Mendoza Events; www.dayanamendozaevents.com . Mientras tanto continuó abriéndome a nuevas posibilidades en mundos que aún no conozco muy bien, aprendiendo cosas nuevas para hacer cosas diferentes.
QM: Para Dayana, ¿Qué es la belleza?
DM: La belleza está en el ojo del que la mira. La belleza lo es todo si así lo deseas.
QM: Cuéntanos una rutina que no falte en tu día a día.
DM: Después de ser madre necesito el cafecito antes de empezar el día. A veces necesito dos porrones de café antes de empezar el día (risas)
QM: Si abrimos tu bolso ¿Qué encontramos?
DM: Bálsamo de labios, delineador de labios, mi móvil, toallitas, mi portátil y un lápiz.
QM: ¿Qué libros no pueden faltar en la mesita de noche de una chica QMode?
DM: No puedo opinar por los demás, pero en la mía no faltan:
The Course in Miracles
The Power of Now
El Creador
La Biblia
QM: Eres venezolana, al igual que muchas chicas de nuestro equipo. En cada edición buscamos la forma de contar al mundo la terrible realidad que vive tu país. Nuestras lectoras siempre están interesadas en ayudar ¿Qué crees que podría hacer alguien desde el extranjero para ayudar a Venezuela?
DM: Todo depende de los recursos de cada quién, pero algo que podemos hacer todos es comunicar la situación del país a nuestros amigos que no conocen los detalles de la trágica situación y barbáricos momentos que viven nuestros hermanos en Venezuela. Utilizar las redes sociales para difundir aún más esta información. Llevar las donaciones a los centros de recolección que ya están en el mundo entero, aunque sea algo muy pequeño se recibirá con mucha apreciación. Y con nuestro ejemplo demostrar que tipo de país es el que se busca construir luego que acabe esta pesadilla.
Escrito por QMode Team