Quedarse con la duda

Quedarse con la duda, no es una opción

Quedarse con la duda no es siempre una buena idea.

¿Cuántas veces hemos mirado atrás y nos hemos arrepentido de haber hecho algo? O lo que es peor, de no habernos atrevido a hacerlo.

El famoso ¿y si…? ¿Y si hubiera estudiado aquello? ¿Y si me hubiera arriesgado? ¿Y si no hubiera tomado ese camino? ¿Y si hubiera seguido con esa persona? Nunca sabremos qué es lo que hubiera pasado, ni cómo sería nuestra vida si hubiéramos tomado otra decisión, pero eso es la vida: tomar decisiones.

No vale la pena torturarnos pensando en qué podría haber pasado de haber hecho lo contrario a lo que hemos hecho, porque no podemos cambiarlo. Hace 10 años te pareció estupendo hacer una cosa y, seguramente, ahora no te lo parece tanto, pero no tiene sentido quedarnos estancados en el “¿y si…?” porque nuestro yo de ese momento así lo quiso. Y de momento no hay una máquina del tiempo, chicas. ¡Una pena! O igual no…

«Las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestra vida nos han llevado a ser quiénes somos ahora»

Las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestra vida nos han llevado a ser quiénes somos ahora y si cambiáramos algo, por insignificante que pareciera, no seríamos las mismas personas ni estaríamos donde estamos actualmente.

Somos las decisiones que tomamos y debemos estar orgullosos de ellas. Yo decido no arrepentirme de nada. Decido que no quiero levantarme un día con 50 años y arrepentirme de no haber aprovechado el tiempo, de no haber hecho cosas que quería por miedo. Por miedo al fracaso, miedo al qué dirán, a hacerme daño. Decido vivir y vivir al máximo. Quedarse con la duda, ya no es una opción.

Escrito por Raquel Sánchez Alcántara para QMode 

Puedes leer otro artículo de Rachel aquí.