Gordofobia

Gordofobia: Las mujeres no podemos ser gordas

Por Ariane Jurado de Bilbao

La gordofobia es un problema latente en nuestra sociedad, Ariane Jurado de Bilbao nos habla sobre su experiencia.


Hemos sido criadas bajo un sistema que nos enseña y nos incrusta en el cerebro que las mujeres no podemos ser gordas. Está prohibido.

Las gordas no nos preocupamos por nosotras mismas, no nos cuidamos, estamos dejadas y no somos felices.

Si tienes la mala suerte de ser gorda, tienes que vivir haciendo una serie de cosas exigidas e impuestas por el mismo sistema para que dejes de serlo y, una vez lo consigues tienes que vivir para nunca más cometer el error de tener un kilo de más.

Usamos el término “gorda” de manera peyorativa.

Se usa para insultar, para disminuir, para hundir; cuando no es más que un adjetivo que describe el físico de una persona, así como flaca. O como alta, o como rubia. Ser gorda tiene que ser igual de aceptado que ser flaca.

No tiene nada de malo. No necesariamente estamos mal de salud. Hay muchos flacos que tienen peores valores médicos que gordos y nadie los hace sentir mal por ello.

Una gorda va al gimnasio e inmediatamente la subestiman, piensan que no tiene pulmones ni para respirar dormida y mucho menos para hacer una rutina de esas, porque la imaginan sedentaria y enferma. Pero cuando demostramos ser lo contrario, no se lo creen.

No se lo creen porque no nos creen capaces. No entienden que una gorda puede tener buena forma y estar bien ejercitada.

Gordofobia: Cuando comienzas a adelgazar

Y adelgazas un poco y ya comienzan una serie de celebraciones y felicitaciones por parte de todo el mundo, desde tu familia hasta el del mercado de la esquina que nunca te había hablado. Porque hay que celebrar que has dejado de ser gorda.

No tienes que decirle nada a una persona que claramente ha ganado peso, básicamente porque nadie tiene el derecho de decir nada sobre el físico de nadie

Pero la verdad es que nadie debe dar por hecho que si alguien ha perdido peso es algo positivo. No sabes el pasado de esa persona ni las razones por las que ha habido un cambio -o no- en su físico. No lo felicites. No le digas que ahora se ve mejor, porque eso significa que te parece que antes no se veía bien y que si vuelve a engordar se va a volver a ver muy mal.

No sabes si esa persona tuvo algún trastorno alimenticio antes y está recayendo y es difícil para ella. No sabes si está perdiendo peso por una enfermedad. No sabes si es que ha dejado de comer porque está en una depresión. No sabes si a ella le gustaba estar como estaba y que ahora ya no se gusta. Y por otro lado, no tienes que decirle nada a una persona que claramente ha ganado peso, básicamente porque nadie tiene el derecho de decir nada sobre el físico de nadie.

Con suerte, hoy en día las cosas están cambiando. Hay un movimiento que está creciendo en contra de la gordofobia e Internet está intentando introducir nuevas representaciones de mujeres gordas e igual de bellas y espectaculares que las modelos que llevamos años viendo en revistas y televisión. 

Nos están haciendo sentir representadas por mujeres más parecidas a nuestra realidad. Y hay muy buena aceptación, sin embargo hay cosas que están un poco disfrazadas. La gente ha cambiado su reacción. Disminuyen los comentarios que se basaban sólo en la parte estética de la mujer pero comenzaron a aparecer los comentarios preocupados por su salud. ¿De verdad les preocupa la salud de una chica gorda en Instagram que ni siquiera conocen?

No, no les preocupa la salud de una mujer gorda, ni su corazón que, según ellos, está envuelto en grasa; ni su tensión arterial que, según ellos, debe estar alta; ni su glucosa en sangre que, según ellos, debe estar mal. Lo que han hecho es cambiar el discurso para que sea mejor aceptado hoy en día, pero sus comentarios siguen siendo un ataque, sigue siendo un mensaje ofensivo e hiriente con el mismo fin: no tienes permitido ser gorda y mucho menos ser una gorda feliz. Tienes que cambiar.


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Si se van a preocupar por la salud de alguien, que sea por su salud emocional. Preocuparse por motivar, animar y ayudar a que las personas sean felices y ¿adivina qué? dejando en paz a las gordas es un buen comienzo para permitirles comenzar a ser felices o seguir siéndolo, depende de cada caso. 

Porque hay quienes tenemos una inestabilidad emocional marcada por una sociedad que constantemente nos ha hecho creer y estar convencidas en que estamos mal por ser gordas. Pero lo que tenemos que hacer es criar niñas y niños felices que se acepten y sean felices tal y como son.

No a la gordofobia.