Kubrick siempre será Kubrick, por muchos cineastas que surjan después de él, sus películas han pasado a convertirse en clásicos que hoy se estudian en las aulas de cine.
Seguramente su mayor aportación es su brutal narrativa audiovisual, aún recuerdo como me quedé absorta aún siendo una niña, con ese clásico plano de 2001: Odisea del espacio, cuando un primate lanza un hueso al cielo y vemos como este se pierde en el espacio hasta transformarse en una moderna nave espacial.
Desde el primer momento queda muy claro que Kubrick no sólo dirigía sus películas, también controlaba todo el proceso de producción
Por supuesto al saber que en el CCCB de Barcelona se realizaba una exposición retrospectiva del trabajo de Stanley Kubrick, quise acudir y conocer más a fondo la vida de este grande del cine.
La muestra es un recorrido cronológico de la vida del director neoyorquino, desde sus inicios como fotógrafo en la revista Look, y a través de sus doce largometrajes.
El recorrido también está planteado cronológicamente y contiene más de 600 elementos de muestra. Para mi, que conozco sus películas pero no mucho de su vida fue todo aprendizaje.
Desde el primer momento queda muy claro que Kubrick no sólo dirigía sus películas, también controlaba todo el proceso de producción, desde la utilización de recursos técnicos y por supuesto el lenguaje de sus películas, hasta se le retrata como un maniático del perfeccionismo.
Como ejemplo de su genialidad me llamó mucho la atención un lente que tenían expuesto. Un lente 50mm de Carl Zeiss apertura f0.7, un lente desarrollado para la NASA que Kubrick utilizó en una de mis películas favoritas, Barry Lindon. Ambientada en el siglo XVIII, Kubrick decidió rodar con luz natural y de velas únicamente ya que la luz artificial no existía en esta época.
Por supuesto para lograrlo necesitó esta óptica tan luminosa pero el resultado es una película impecable ambientada 100% con luz natural.
Y para los amantes de La naranja mecánica y El Resplandor puedo sólo desvelar que sonreirán de emoción. Pero es que sólo un genio podría tocar tantos géneros distintos y hacerlo tan bien. No es de extrañar que con ese nivel de detalle sólo haya podido desarrollar 12 películas, y algunos conceptos más que otros han retomado luego de su muerte.
Una cita infalible con un clásico del cine y un recorrido inspirador de quién vive al máximo su pasión.
Aquí tienen la información de la exposición
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