Que la verdad sea dicha: la mayoría de la pornografía disponible en Internet -por no decir toda- es machista e incluye escenas de violencia sexual.
En casi todo el material pornográfico que se consigue en Internet el hombre tiene un deseo sexual que no puede controlar y la mujer está allí para satisfacerlo, sin objeciones ni sentimientos. En muchos casos estos clips muestran prácticas sexuales no consentidas o violentas. La mujer sufre una completa deshumanización y es ubicada dentro de un espacio donde solo existe para satisfacer las necesidades del hombre.
Según el proyecto “Dale la vuelta”, que estudia los comportamientos de los jóvenes que ven pornografía, los niñ@s comienzan a ver pornografía a partir de los 11 años de edad y esto puede influir de forma negativa en su visión que tienen del amor y las relaciones de pareja.
Una idea distorsionada
A los 11 años todavía no puedes tener una visión madura de las relaciones de pareja, sigues siendo muy inmaduro y por eso el acceso a la pornografía puede llegar a ser tan dañino a edades tan tempranas.
Los jóvenes no solo cosifican a las mujeres, también se reafirman estereotipos femeninos irreales sobre el físico -propio o sobre tu pareja- pensando que las mujeres no solo deben existir para complacer los placeres del hombre, también deben verse de una determinada forma para ser apetecibles.
Con el Internet la pornografía está a la distancia de un click y los más jóvenes tienen acceso a material para adultos sin ninguna complicación.
El Departamento de Justicia de EEUU afirma que “Nunca antes en la historia ha habido tanto material indecente tan fácilmente accesible por muchos menores en muchos hogares americanos con tan pocas restricciones”.
Para los padres es muy difícil controlar la situación y por eso el problema debe cortarse desde la raíz, comenzando por establecer en el sistema educativo una buena y temprana educación afectivo-sexual.
No se puede evitar que los jóvenes vean pornografía, pero si se puede crear un ambiente para que pregunten y hablen sobre las dudas que el visionado de este material pueda generar.
¿Influye la pornografía en el violencia sexual?
La respuesta es sí.
La pornografía machista que enaltece el sexo sin consentimiento es consumida por muchos jóvenes. ¿Es la única culpable? Pues no, pero si es parte de ese cóctel letal donde la falta de educación afectiva y machismo se unen normalizando ciertas actitudes que no están bien.
Según las estadísticas de “Dale la vuelta” el 80% de los jóvenes que han visto pornografía tienen comportamientos sexuales agresivos e ideas poco realistas sobre lo que es una relación sexual de pareja.
La pornografía tiene mucho más de ficción que de realidad y es una idea que debemos sembrar en los jóvenes para poder lograr romper esteotipos sociales y sexuales.
Te puede interesar: No todas las personas que menstruan, son mujeres