¡Así vivimos el 8 de marzo en Ciudad de México!

Nuestra colaboradora Daniela estuvo en la capital mexicana y nos cuenta su experiencia

La visión de Daniela del 8 de marzo en Ciudad de México.

Vivo en México desde hace tres años y esta fue la primera vez que me animé a ir a la marcha feminista del 8 de marzo. Estos fueron los sentimientos que me acompañaron.

El 8 de marzo en todo el mundo pudimos ver en todo el mundo manifestaciones llenísimas de mujeres pidiendo respeto y exigiendo sus derechos.

En México, justo nos tocó esta marcha en el marco de las múltiples denuncias diarias, sobretodo en las últimas semanas, de feminicidios espantosos en las que justamente llamó muchísimo a la opinión pública la noticia de Fátima, una pequeña niña a quien secuestraron, violaron y mataron.

8 de marzo en Ciudad de México
«Que los secretos de los familiares dejen de encubrir a los abusadores» 8 de marzo en Ciudad de México

Desde hace dos o tres semanas nos convocaron a través de todos los medios posibles para que fuéramos. A medida que se acercaba el día, las amenazas de cualquier tipo de cosas horribles, salían más a la luz. Los rumores de los ataques con ácido me tenían aterrada y admito que, estaba en silencio, no sabía muy bien si debía o no ir a una protesta que aunque iba totalmente con mi manera de pensar, probablemente podía desencadenar que mi ansiedad explotara si algo malo llegaba a pasar.

Sin embargo, una semana antes, contacté a varias conocidas y todas me dijeron que me uniera a su plan. Así fue como poco a poco la certeza de apoyar una causa en la que creo fielmente (que no nos maten, que no nos violen, que no seamos valientes por caminar a casa, que podamos eliminar la brecha de género en salarios y puestos de trabajo) se apoderó de mí.

El camino a la marcha del 8 de marzo en Ciudad de México

Así fue como el domingo 8 me desperté, desayuné, y me vestí bien girly para ir a protestar.

8 de marzo en Ciudad de México
En el metro ya se sentía el ambiente. 8 de marzo en Ciudad de México

Los colores de este movimiento eran morado y verde, por el derecho a abortar legalmente. Mi elección: unos Nike Force 1 morados que había usado una vez antes en mi vida, un par de jeans viejos, una franela de Muygala, la marca de una querida amiga que adoro y me inspira mucho, y mis Qpines, regalo de Elise, mi otra gran amiga, editora, confidente y una mujer que me inspira muchísimo.

8 de marzo en ciudad de méxico

Mi viaje empezó en Metrobus desde casa hasta la de Paula, nos fuimos juntas hasta el Monumento a la Revolución y buscamos a Gaby, otra amiga, en todos los restaurantes del lugar –en el que casi no se podía caminar-. Pero nunca, nunca, sentí miedo.

Nunca pensé que una de ellas me haría daño, me sentí cuidada, abrumada ante todos los mensajes en las pancartas, abrazada de mi mejor amiga, víctima de un casi feminicidio.

Entendí que si no salgo, protesto, grito, reclamo, denuncio, incomodo y demando nunca podré salir a la calle sin ese miedo latente, horrible, que se te pega en la nuca solo por ser mujer. 


Así vivimos el 8 de marzo en Barcelona


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