Desigualdad laboral entre hombres y mujeres

No es secreto para nadie que la desigualdad laboral está a la orden del día dentro de nuestra sociedad. Las mujeres debemos luchar por la igualdad dentro de las empresas, fábricas, negocios, etc…y sentirnos muchas veces discriminadas por nuestro género.

Algunos datos: Desigualdad laboral

Según la ONU las mujeres ganan un 23% menos que los hombres.

En España de 453 puestos de grandes empresas sólo el 20,3% están ocupados por mujeres (92 mujeres). A nivel global solo el 25% de los cargos importantes en grandes empresas son ocupados por mujeres.

La brecha salarial es absurda, según el Foro Económico Social con el crecimiento y la mejora, debemos esperar más de 70 años para lograr la igualdad a este ritmo. ¡Es de risa!

Según la UE por lo menos 32% de las mujeres han sufrido acoso sexual en el trabajo.

Todavía en 18 países los esposos pueden prohibir a las mujeres trabajar

Si las mujeres desempeñarán -y tuviesen el mismo salario- el PIB mundial bruto aumentaría de manera considerable, nada más 28 billones de dólares en EEUU.

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¿Por qué existe la desigualdad laboral?

Durante años se nos ha visto como el sexo débil, incapaces de cumplir con nuestras obligaciones laborales y como trabajadores poco eficientes debido al parón del embarazo, inclusive cuando ni pensamos tener hijos. Nada más en 67 países existen leyes que nos protegen en contra de la discriminación laboral.

Hemos tenido que soportar que contratadores digan que las oficinas con muchas mujeres son un caos o que los días de nuestro periodo no podemos lidiar con grandes responsabilidades. Además de vivir con el estigma de que no somos capaces de realizar muchas tareas y oficios ¡Increíble! Nosotras mismas, que vivimos los vestigios de una sociedad constituida dentro del patriarcado, hemos crecido con la idea de que no contamos con el suficiente liderazgo y que no podremos con las responsabilidades que implica un puesto con una jerarquía alta dentro del mundo laboral. El feminismo lucha por la igualdad, y por sembrar entre las nuevas generaciones la idea de que estamos capacitadas para cualquier trabajo y que debemos ser tratadas de la misma forma en que se tratan a los hombres.

Recuerda: La lucha es de todos, pero debemos comenzar por empoderarnos nosotras mismas, la desigualdad laboral es algo que se puede erradicar pero necesita tiempo y trabajo de todos.