Doble limpieza

La rutina de belleza rápida y efectiva existe: es la doble limpieza facial

Si usas los productos correctos, tan sólo dos pasos pueden marcar la diferencia en tu piel.

Entre los 14 pasos de la rutina coreana y lavarse la cara en tres segundos con cualquier jabón de tocador que esté cerca, hay una alternativa que tal vez no creías posible. Rápida, sencilla y efectiva, así es la doble limpieza facial. Si usas los productos correctos, dos pasos serán suficientes para dejar la piel de tu rostro perfectamente limpia y receptiva a los tratamientos que apliques después. En este post compartimos contigo una rutina de doble limpieza facial eficaz para cualquier tipo de piel.

Doble limpieza facial: en qué consiste

No hay tratamiento facial que valga en una piel que no está limpia. No se trata sólo del sudor, el maquillaje y la contaminación que se acumula en el cutis a lo largo del día, sino también de las células muertas del proceso de renovación natural de la piel. ¿Qué pasa si no eliminas todo eso cada día? Las consecuencias serán visibles muy pronto. La piel se ve apagada, los puntos negros y los granos comienzan a proliferar. A mediano y largo plazo, las impurezas acumuladas pueden dañar las células de la piel y provocar la pérdida de elasticidad y la aparición de arrugas y líneas finas. Y hay una consecuencia más de una limpieza facial insuficiente: los tratamientos no penetran correctamente, así que su eficacia no es la misma.

Una limpieza facial correcta no tiene por qué ser larga e implicar una docena de productos. La doble limpieza facial ha ganado popularidad en los últimos años precisamente porque se trata de una técnica tan rápida como eficaz. Consiste en sólo dos pasos complementarios para eliminar el maquillaje, la suciedad y otras impurezas de la piel. La función de los productos es la misma, lo único que debes tener en cuenta es que sean de calidad y sean específicos para tu tipo de piel.

Pasos de la doble limpieza facial

1. Desmaquillar

El primer paso de la doble limpieza facial es desmaquillar. En realidad, este paso no sólo elimina el maquillaje, sino también los restos de protector solar. Actualmente hay muchos productos para desmaquillar el rostro más allá del tradicional tónico. El agua micelar es muy popular, al igual que el aceite desmaquillante con ingredientes antioxidantes, como el de Osmoclean de Esthederm. Es un producto suave, efectivo para disolver los restos de sustancias pesadas como el maquillaje, con el beneficio adicional de reforzar la barrera cutánea.

2. Limpiar

Después de eliminar el maquillaje, el protector solar y las impurezas superficiales de la piel del rostro, el siguiente paso de la doble limpieza facial es lavar profundamente la piel. Este paso ayuda a eliminar las impurezas solubles que quedan en los poros, como el exceso de grasa y las células muertas de la piel. No es necesario usar un limpiador astringente o agresivo, pues la piel ya está bastante limpia. Al contrario, opta por un limpiador facial suave que se enjuague fácilmente, sin dejar restos. Y un dato: siempre aplica el limpiador sobre el rostro húmedo y enjuágate con agua tibia.

Listo. En dos pasos, con sólo dos productos, el rostro limpio y preparado para absorber los tratamientos que apliques después. Si quieres inspiración sobre cómo complementar tu rutina de cuidado facial, echa un vistazo a nuestro artículo sobre Rituales de belleza para tu piel.