Catalina la Grande

Lo que debes saber sobre Catalina la Grande

Mitos y verdades sobre la emperatriz más famosa de Rusia

Este año se hablará mucho de Catalina La Grande. Habrá decenas de documentales, artículos y hasta memes sobre la emperatriz que gobernó Rusia durante 34 años. A nadie sorprenderá que la razón de tanto interés sea el estreno de una serie de televisión sobre su vida, en la que la actriz inglesa Helen Mirren interpreta a la mujer que extendió el poder de Rusia y abrió el país a la influencia europea.

En España, la serie de Sky ha despertado curiosidad mucho antes de su estreno gracias a una campaña publicitaria que mantuvo intrigados a los madrileños durante días y popularizó el hashtag #sinderechoavotar. Se trataba de una enorme lona, desplegada en una céntrica plaza de Madrid, en la que se leía: “el problema de la política es que el pueblo llano tenga derecho a votar”.

La frase es un guiño al absolutismo con el que Catalina gobernó Rusia. Porque sí, fue una gobernante absolutista, pero no se sorprendan si terminan sintiendo cierta simpatía por ella. Después de todo, también fue una mujer inteligente y fuerte, que ejerció su autoridad en un mundo dominado por los hombres. Estos son algunos datos esenciales para entender al personaje.

No era rusa. Catalina nació en el Reino de Prusia, en el seno de una familia noble venida a menos. Se convirtió en heredera del imperio de Rusia al casarse con Pedro III y se empeñó, con éxito, en aprender la lengua y la cultura de su país de acogida.

Fue una “déspota ilustrada”. Catalina fue una mujer excepcionalmente culta para su tiempo. Es bien conocida su amistad con Voltaire y su interés por las ideas liberales de la Ilustración, al menos en la teoría. Durante su reinado fueron creadas escuelas primarias gratuitas y hasta instituciones educativas para mujeres, una rareza en la Rusia de entonces. En la práctica, sin embargo, la dura vida de la gran mayoría de los rusos no mejoró durante su reinado.

Su vida sexual es famosa. Aunque se le atribuye un ímpetu sexual casi rocambolesco, lo más probable es que Catalina no haya tenido más que una docena de amantes. No escondió estas relaciones: sus amantes no solo recibieron títulos nobiliarios y propiedades, sino que algunos incluso participaron en la política del imperio. Es ampliamente aceptado por los historiadores que Pedro III no es el padre de ninguno de los tres hijos de Catalina.

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