Si ya no vives con tus padres este artículo te interesa. Con la felicidad de independizarse viene una responsabilidad de la que no puedes escapar: pagar los servicios básicos. Porque se puede vivir sin muchas cosas, pero sin agua y electricidad, bueno, no es lo más cómodo, por decir lo menos. La electricidad, en particular, es un asunto complicado. Es de los servicios que más usamos, pero entender las tarifas de la luz es como descifrar un código.
Las empresas que suministran electricidad usan términos como hora valle, hora punta, tarifa fija o de libre mercado. Hace falta una guía para saber qué estás pagando y, más importante todavía, qué te convendría más pagar. Y eso es justamente lo que te presentamos a continuación: una guía rápida de las tarifas eléctricas.
Conceptos básicos: tarifa regulada y de libre mercado
Lo primero que tienes que saber es que las tarifas de la luz se dividen en dos categorías: las tarifas eléctricas reguladas, y las tarifas de libre mercado. Elegir entre una u otra depende, a grandes rasgos, de lo controlados que tengas tus horarios de consumo de electricidad. Don’t panic, sigue leyendo y lo entenderás.
La tarifa de electricidad regulada es aquella en la que el precio de la luz lo fija el Estado. Su nombre oficial es Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC). Al estar regulada, puede ser más barata que la tarifa de libre mercado -que explicaremos más adelante-, pero tiene un par de detalles que es importante tomar en cuenta.
En primer lugar, no hay promociones como las que puede ofrecer el mercado libre. En segundo lugar, el precio de la luz es distinto según el momento del día e incluso de la época del año. En invierno, el llamado horario punta va de las 12 del mediodía a las 10 de la noche. Es el horario en el que la luz es más cara, porque es cuando el consumo es más alto. El horario valle va desde las 10 de la noche hasta las 12 del mediodía, y tiene el precio más barato.
Para la tarifa de libre de mercado, cada compañía que suministra luz establece sus propios precios, lo que les permite ofrecer descuentos y promociones para captar a los consumidores. La mayoría de las ofertas suele ofrecer precios fijos, así que sabes exactamente lo que pagarás cuando llegue tu factura.
Presupuesto, la clave del ahorro
¿Quieres ahorrar dinero con un objetivo en mente? ¿Un viaje, por ejemplo? Entonces busca una libreta bonita y un bolígrafo, prepárate una taza de tu bebida caliente favorita y siéntate en un sitio cómodo para organizar tus finanzas.
Haz una lista de tus gastos fijos, aquellos que no puedes evitar. Los servicios básicos y la comida estarán en esa lista. Luego haz una lista con los gastos variables, como las comidas en restaurantes, el cine y todas esas actividades que no haces constantemente y que no son indispensables. Ahora que los tienes claros, piensa cuáles puedes reducir. Ya sabes cómo hacerlo con la factura de la luz.