No hacer nada no es tarea fácil. Hoy en día con las redes sociales parece que si no aprovechamos el 100% del tiempo y no somos productivos, estamos con amigos o vemos todas las series de estreno no estamos aprovechando la vida.
¿Pero qué pasa cuando sencillamente no hacemos nada? Muchos de nosotros nos sentimos mal o que estamos desperdiciando la vida sentamos viendo el tiempo pasar.
Sentase a ver las olas del mar, a la gente pasar por la ventana o simplemente en el sofá a tomar un respiro es muy beneficioso.
De hecho Sandi Mann psicóloga de la Universidad de Lancashire Central, explica que cuando tenemos esos momentos de inactividad soñamos despiertos y esos momentos “nos vuelven literalmente más creativos, mejores para solucionar problemas, más capaces de tener ideas creativas”.
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No hacer nada ¿Qué es el Niksen?
Ese momento en que no hacemos nada tiene un nombre y los expertos lo han bautizado como «niksen».
El «niksen» nació en Holanda y es como «el arte de no hacer absolutamente nada» , una práctica que va ganado más adeptos.
La cultura de la ocupación constante está muy arraigada en estos tiempos, parece que todo el mundo en Instagram tiene una vida muy intensa, que trabaja, hace deporte, sale con amigos, ve series y aprende un idioma mientras duerme.
Pues debemos cortar de raíz con esas ideas erróneas de que solo haciendo cosas lograremos ser productivos. Pues te podemos contar que la productividad se ve muy afectada por el cansancio y si siempre estamos haciendo algo nuestro cerebro y cuerpo no descansan.
Mann afirma «si nuestra energía está completamente agotada, nuestra productividad no será buena, pues no tendremos suficiente combustible para ser productivos».
Con la pandemia muchas cosas han cambiado
Desde el pasado mes de marzo con la pandemia muchos de nosotros vivimos episodios de ansiedad donde pensamos «ya viene otra cuarentena» o «no he aprovechado el tiempo lo suficiente».
Esos pensamientos recurrentes son muy negativos y además de subir los niveles de ansiedad nos hacen más que agotarnos física y mentalmente.
Por eso la próxima vez que quieras simplemente quedarte viendo el mar o por la ventana, mirar un atardecer sin pensar mucho ¡Hazlo sin remordimientos! Verás como poco a poco te sientes mejor, la creatividad se activa y vas dejando atrás ese remordimiento que muchas veces no nos deja disfrutar de un momento de paz y relax.
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